Puntos de interés
Portalada de entrada
Según la documentación de la época, en el año 1823 el cementerio no tenía ningún cierre, había nichos abiertos y los perros campaban libremente. La primera puerta se instaló en 1826, cuando el Hospital de Sant Pau i Santa Tecla adquirió la propiedad, y se remodeló en 1872, respetando el estilo y las formas de la puerta original.
En esta portalada figuraba la inscripción: “Liste gradum manesque levans meditare viator postremum cunctis non procul esse diem”, que quiere decir: “El viajero, alzando el paso y manteniéndose despierto, sabe que el último día no está lejos para todo el mundo”.
La puerta está coronada por el emblema del hospital, que combina las olas de la insignia de la ciudad con la tau del cabildo catedralicio.
Mausoleo de Joan Smith Sinnot
Joan Smith Sinnot fue brigadier de la Real Armada y ingeniero director de Marina. En el año 1799 fue nombrado director de las obras del nuevo puerto y, a partir de 1808, fue corregidor de la ciudad. Promovió la construcción del cementerio y fue uno de los primeros en ser enterrado cuando murió víctima de la epidemia de fiebre tifoidea que asoló la ciudad entre 1809 y 1811. En 1931 sus restos mortales fueron trasladados al nicho número 9 de la isla Mare de Déu de la Mercè y, más tarde, al número 30 de la isla de Sant OIeguer. Finalmente, en el año 1993 fueron depositados en este mausoleo, obra del escultor Bruno Gallart, donde se conserva la lápida original con el texto: “IL. D. JOAN SMITH, MILITUM. TRIBUNO ARTIFIALIS PORTUS TARRAC. DIREC.”
Panteón de Teodoro Reding von Biberegg y Freüler
Teodoro Reding von Biberegg y Freüler fue un militar de origen suizo al servicio del rey d’España. Fue el artífice de la victoria de la batalla de Bailén, el 19 de julio de 1808, la primera gran derrota del ejército napoleónico. Llegó a Cataluña a finales de 1808 por combatir contra la ocupación francesa y estableció su residencia en Tarragona. Poco después fue nombrado capitán general de Cataluña y intentó reorganizar el ejército. Fue derrotado en la batalla de Pont de Goi, donde recibió varias heridas de sable. Finalmente, murió el 23 de abril de 1809 como consecuencia de la epidemia de la fiebre tifoidea que asolaba la ciudad. Fue dispuesto en un panteón provisional hasta el año 1892, cuando se edificó uno nuevo para acoger sus restos. Este panteón es propiedad del ministerio de Defensa y figura como el número 1 del cementerio.
Panteón de los marqueses de Tamarit
Es uno de los panteones más grandes del cementerio y el más característico de su skyline. Construido a imitación del mausoleo de Helicarnàs, le ordenaron construir los albaceas testamentarios del señor Antoni de Suelves, octavo marqués de Tamarit, en 1893, a pesar de que el diseño data del 1875 y está firmado por el arquitecto tolosano Paul Pujol.
Domènec Batet i Mestres. Capilla núm. 10
Domènec Batet i Mestres fue un militar de carrera que, con la proclamación de la República, fue nombrado capitán general de Cataluña y destacó por su prudencia y respeto al régimen democrático. En 1936 fue nombrado capián general de Burgos, donde se negó a secundar el golpe de estado de julio de 1936. Por este motivo fue condenado por un tribunal militar y fusilado en el campo de tiro de Vista Alegre. Sus restos mortales llegaron discretamente al cementerio de Tarragona, procedentes de Burgos, el 12 de diciembre de 1957.
Rosa Venes, la rossa de la Rambla
Junto con Rosa Lleonart i Francesca Ortiga, Rosa Venes, conocida como la rossa de la Rambla, es una de las heroínas que lucharon contra el ejército francés durante el asedio de Tarragona en 1811, por lo que fue condecorada con el grado de subteniente. Originaria de Olesa de Montserrat y casada en Barcelona con Simó Llobreras, acabó residiendo en Tarragona. El primogénito, Simó, fue alcalde liberal de la ciudad. El cuerpo de Rosa Venes està inhumado en el panteón número 11, donde también está el cuerpo de Eduardo Serrano Suñer, director de la Junta de obras del puerto de la ciudad durante los años 1939-1972.
Capilla del cementerio
La capilla del cementerio se construyó en algún momento incierto entre los años 1809 y 1825 y, a partir de 1826, cuando el Hospital de Sant Pau i Santa Tecla ya era el propietario, se adecuó y se embelleció con decoraciones del escultor Vicenç Roig, Vicentó. En 1893 se redactó un proyecto para construir una nueva en la plazoleta de la vía de Sant Joan, que finalmente no salió adelante. Desde hace siglos, personajes pudientes de la ciudad escogen las inmediaciones de la capilla para destinar sus sepulturas. Así mismo, desde 1930 los canónigos de la catedral de Tarragona se inhuman en la cripta de la capilla.
Mausoleos y plazoleta de la via de Sant Joan
En el año 1839 el escultor Fèlix Ribas, bajo la dirección de obras del arquitecto Ramon Salas i Ricomà, urbanizó esta plazoleta y construyó los mausoleos del alrededor. En este espacio encontramos lápidas de estilo modernista como la de la familia Guinovart (mausoleo número 6), con diseños de Josep Maria Jujol y elaborados por el taller Arana i Bru. Destacaban la lápida sepulcral de la familia Dalmau, la de la familia Tarrassa Alvira y la de la misma familia Arana, ahora desaparecidas. Jujol también diseñó otras lápidas, que hoy ya no existen, como la del señor Emilio Montserrat Garcia y la de los frailes capuchinos. El mismo Ramon Salas i Ricomà está inhumado en el mausoleo número 12 situado en esta plazoleta.
El 8 de mayo de 1997 se colocó, en medio de la plaza, la imagen Ascensión del Señor, obra del escultor Bruno Gallart, autor de la imagen de Santa Tecla que corona la puerta de entrada en el Hospital de Sant Pau y Santa Tecla.
Agrupación de panteones de la Mare de Déu dels Dolors
En la via de Sant Joan se encuentran los panteones más imponentes del cementerio. A la derecha, en la agrupación de la Mare de Déu dels Dolors, se sitúan los más antiguos, la mayoría de los cuales fueron construidos entre 1870 y 1887. Destaca el panteón del Baró de les IV Torres con los marqueses de Grigny y el conde d’el Asalto; los de la familia Lloberas, donde descansa la heroína Rosa Venes; los de la familia Brigman o el de Antoni Salas Sabater. Estos panteones son obra de arquitectos de renombre como Magí Tomàs Secall, Ignasi Jordà, Antoni Rovira Rabassa o Francesc Barba i Masip.
Agrupación de panteones de Sant Andreu
Entre estos panteones, construidos a partir de 1883, destacan los de los marqueses de Tamarit, de la familia Banús, de la familia Sardà Gil, de los Guasch i de los Rius i Muntaner, donde resta inhumado Marià Rius, conde de Rius. En este espacio también encontramos las sepulturas de diversas órdenes religiosas de la ciudad, como la de los padres cartujos, la compañía de Santa Teresa de Jesús y la congregación misionera de las Teresianes Descalces. Destaca también la presencia del panteón militar y otras sepulturas, obra de los arquitectos Ramon Salas i Ricomà, Joan Miquel Fontanilles y Pau Monguió.
Agrupación de panteones de Mare de Déu de la Soledat
En 1887, con el traslado del mausoleo de la familia Masalles -que hasta entonces estaba situado en la intersección entre la via de Sant Joan y la via de la Redempció- se inauguró esta agrupación de panteones. Unos años más tarde, en 1898, se construyó la de la familia Ballester- hoy abandonado y que simulaba una mastaba custodiada por dos guardianes- y en 1935, el de la familia Bonet, de carácter racionalista, obra del arquitecto Antoni Pujol Sevil. Los siguientes pertenecían a la familia Soliano, la familia Ollé y a Francisco Portillo.
Capillas
En el año 1878 se inauguraba la primera capilla sufragada por quien fue alcalde de la ciudad, Plàcid Maria de Montoliu i de Sarriera. Era la primera de las 21 capillas que están ubicadas a lo largo de la via de la Mare de Déu de l’Olivera. Unos años más tarde, la familia Foxà construyó dos capillas gemelas, que hoy están en desuso, así como la familia Batet. Destaca por su reja monumental la capilla de la familia López Beltran, levantada en 1900, de carácter modernista, obra del arquitecto Josep Pujol Brull y del escultor Baldomero Cabré. También merece una mención especial la de la familia Cobos Lindeman, construida en 1920 y diseñada por el arquitecto Alfons Barba Miracle.